En un entorno actual en el que los mercados no están especialmente baratos y con cambios en la política económica previstos para mediados de 2019, se ha vuelto imprescindible enfocar de forma muy precisa (y sobre todo diversa) las inversiones, para poder obtener una rentabilidad interesante.

Uno de los sectores más estables y fructíferos (nunca mejor dicho) para los inversores es el vino. Es un negocio milenario que ha pervivido a lo largo de los siglos y que por tanto puede aguantar los ‘embistes’ del mercado. Javier Pérez, fund manager de March Asset Management, explica que invertir en “compañías relacionadas con la cadena de valor del vino es muy interesante porque son compañías con entornos operativos muy estables y son compañías rentables”.

Además de aguantar mejor una posible caída del mercado, el crecimiento global de estas empresas en países emergentes es una de las principales bazas de este sector. La diversificación de las operaciones de estas compañías en diferentes mercados a nivel global permite también compensar las caídas locales de países e índices concretos en un determinado momento.

El fondo Vini Catena de March Asset Management, invierte en compañías cotizadas relacionadas con la cadena de valor del sector vitivinícola a nivel global. “La volatilidad histórica de este fondo se ha demostrado muy inferior a la de los índices de referencia y la rentabilidad se ha protegido mucho en periodos bajistas y ha acompañado bastante en periodos alcistas”, explica Javier Pérez.