Si se observa desde la ría de Bilbao al coloso Guggenheim, parece que un barco ha atracado junto al puente de La Salve. Además, los paneles de titanio de los que está construído este museo recuerdan a las escamas de los peces.
Estas dos características rinden homenaje a la importancia de la ría a lo largo de la historia para el desarrollo económico de una ciudad que ha quedada ligada con el mundo del arte contemporáneo para siempre.
El Guggenheim de Frank O. Gehry es desde 1997 el reclamo más importante de la ciudad vasca.
Las formas curvilíneas y retorcidas que lo caracterizan protegen sus 24.000 m2 de superficie, de los que más de 10.000 están reservados para exposiciones.
Puppy
Se trata de una escultura realizada por el artista estadounidense Jeff Koons en 1992 y que da la bienvenida a los visitantes del museo. El cachorro canino (de raza West Highland White Terrier) se compone de una estructura de acero recubierta con flores. Los bilbaínos suelen bromear con que Puppy es la verdadera obra de arte y el museo la caseta que han construído para resguardarlo. Como curiosidad, existe una copia exacta de Puppy en una finca de Connecticut.
La materia del tiempo
Las famosas siete esculturas forman parte de la exposición permanente del Guggenheim. No hay turista que no se haya hecho una foto en este entramado de acero corten creado por Richard Serra en 2005. La obra luce junto con ‘Serpiente’ (Snake), una escultura del mismo autor que habita en el museo desde su inauguración.
El gran árbol y el ojo
Esta deslumbrante escultura está formada por ochenta esferas de acero inoxidable reflectante. Cada una de las esferas se refleja a sí misma, a las que tiene alrededor y a todos los componentes que forman la torre. Podemos ver nuestro propio reflejo repetido, así como el reflejo de la arquitectura que nos rodea. La obra del autor indio Anish Kapoor llegó al museo en 2011.
Retrato imaginario de Goya
Antonio Saura se quedó tan prendado del pintor Francisco de Goya que no dudó en homenajearle en su obra. Saura adoptó la pintura gestual asociada al Arte Informal y a la Pintura de Acción americana y la aplicó a la figura y a los temas españoles tradicionales. De ahí nació este retrato de 1985.
Lo profundo es el aire
Esta escultura de alabastro de 1996 es obra de Eduardo Chillida. El arquitecto sentía verdadera pasión por su tierra, el País Vasco, y relacionaba el alabastro con ella por la luz que desprende. A partir de 1965 creó más de cuarenta obras cuyo elemento principal sería este material.
La reina Mariana
Manolo Valdés ha reinterpretado de manera reiterada el retrato de la Reina Mariana pintado por Velázquez hacia 1652, creando versiones con diferentes materiales y tamaños. En esta obra puede apreciarse el cambio de morfología y significado: se conserva la forma general de la figura, pero esta no tiene rostro, algo que está reñido con el mismo concepto de retrato.
El museo Guggenheim recibió 1.103.211 visitantes en 2015, la segunda mejor cifra de su historia, solamente superada en 1998, en su primer año de funcionamiento.
Según datos facilitados por el propio museo, han generado unos ingresos adicionales para las haciendas públicas vascas de 49,3 millones de euros, y la actividad de la pinacoteca ha contribuido al mantenimiento de 6.875 empleos.
Asimismo, según sus responsables, un año más el Museo Guggenheim Bilbao continúa siendo líder entre las instituciones culturales europeas en su nivel de autofinanciación, que en 2015 se situó en torno al 67%.
Hace 18 años Ferrovial Agroman dio un paso decisivo en la historia de la compañía: construir el Museo Guggenheim de Bilbao.
La cimentación se realizó sobre pilotes de hormigón armado empotrados en roca, a una profundidad media de 14 metros.
Sobre el pilotaje y losas de hormigón se levantó la singular estructura metálica compuesta por perfiles laminados que configura el esqueleto de los distintos núcleos del edificio. Sobre esta estructura principal se proyectan una serie de estructuras metálicas mucho más complejas, tanto por sus formas, como por su ubicación y dimensiones.
Ferrovial, además, se encarga del mantenimiento integral y limpieza del museo.
Los placeres de Bilbao van mucho más allá...
Gastronomía
Ir a esta ciudad es sinónimo de comer bien. El Casco Viejo es el lugar idóneo para ir de ‘pintxos’ y deleitarte con la cocina vasca. Sus estrechas calles son en su mayoría peatonales y están llenas de bares y de rincones pintorescos. Consulta los restaurantes favoritos de los viajeros.
Cultura
Mientras lo recorres no te olvides de visitar la Catedral de Santiago y la Plaza Nueva. Después, puedes sumergirte en la arteria comercial de la ciudad, el Ensanche, una de las zonas con más vida social. Descubre los rincones mejor valorados por los turistas.
Deporte
Y, si tienes tiempo, no dudes en visitar ‘la catedral del fútbol español’, el sucesor del viejo estadio San Mamés, en el que juega el Athletic de Bilbao desde 2013.
Construyendo Cultura es una guía informativa impulsada por Ferrovial para dar a conocer algunos de los museos españoles más relevantes.