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El braille también se puede leer en formato digital

Jaume Esteve

El dispositivo, del tamaño de un ratón, tiene unos puntos que suben y bajan, lo que permite a la persona invidente leer sin tener que desplazarse a través del texto

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Carlos Madolell, ingeniero y CEO de Braibook, la inspiración le llegó en el más cotidiano de los momentos del día a día: “Estaba leyendo con mi e-reader en un trayecto en autobús cuando entró una persona con discapacidad visual y me pregunté cómo hacían para poder leer en cualquier momento y en cualquier lugar”. Después de investigar con asociaciones de invidentes y preguntar a personas con discapacidad, se dio cuenta de que había un nicho en el mercado que explotar.

Con esos mimbres nació Braibook, un dispositivo del tamaño de un ratón que permite leer en braille en cualquier momento y en cualquier lugar, igual que cualquier persona hace con un libro electrónico. Tiene una memoria interna de 8GB que permite almacenar miles de libros y codificarlos al momento y en varios idiomas, para que el lector solo tenga que preocuparse de recordar por dónde había dejado la lectura el día anterior.

La idea que pretende popularizar Braibook pasa por un cambio en la mentalidad del lector. El braille se basa en el principio de que es la persona quien desplaza sus manos por las hojas de un texto. Pero, ¿qué sucede cuando queremos leer un libro cuya traducción a braille lo convierte en una enciclopedia? Según Madolell, “el último libro de Harry Potter equivale a diez tomos en braille”.

"Hemos reinventado el sistema de lectura en braille. En lugar de desplazar el dedo por el texto, es el texto el que se desplaza. Con una sola celda, o carácter, podemos ofrecer una lectura cómoda y sencilla”, explica Madolell. Braibook está ideado de manera que cualquier usuario pueda “subir un pdf, ePub o archivo txt” para que el aparato lo codifique al instante en cualquier idioma.

"Tiene una memoria interna de 8GB que permite almacenar miles de libros y codificarlos al momento y en varios idiomas"

Braibook tiene una forma similar a la de un ratón de ordenador. Aunque de líneas más estilizadas, se coge con una mano y se utiliza el dedo índice para recibir la información de aquello que se quiere leer. “La información se transcribe a un sistema que sube y baja los puntos que representan cada letra de la palabra”, explica Madolell.

Hasta 8.000 libros en la palma de la mano

El desconocimiento de Madolell en el ámbito del braille le ha obligado a comenzar a trabajar “desde cero” en el proyecto. Lo ha hecho de la mano de asociaciones ubicadas en Barcelona y ha trabajado codo a codo con los usuarios finales para que fueran ellos los que validaran las diferentes propuestas que les presentaban.

Una de las “peculiaridades” que han incluido en Braibook es la posibilidad de escuchar en audio aquello que se está leyendo y que el sistema también codifica al momento, de la misma manera que hace con el braille. “Es una forma de acompañar el proceso de aprendizaje. Al tener un input táctil y auditivo, permites que cualquier persona pueda aprender desde casa”.

La estrategia de Braibook se apoya de manera importante en el sector educativo, donde la firma espera poder implantarse gracias a su propuesta. “Los alumnos que quieran pueden utilizar los documentos que se utilicen en clase en braille o en audio para seguir el día a día con el mismo ritmo que otros compañeros”, apunta el CEO.

"Los alumnos que quieran pueden utilizar los documentos que se utilicen en clase en braille o en audio para seguir el día a día"

Pero la compañía también hace hincapié en el aprendizaje autodidacta de idiomas ya que el software que utilizan permite codificar cualquier texto. Es en esta vía, la de la educación, donde más se están centrando, cerrando acuerdos con empresas de contenidos para generar “libros especializados para niños”.

Hasta la fecha, el gadget diseñado por esta ‘startup’ les ha valido para hacerse con el premio Explorer del Banco Santander en 2014 y el primer premio Chivas Venture Spain al mejor proyecto emprendedor con carácter social. El próximo paso para el equipo de Madolell es “implantarse en España y en América Latina”. Esos son los dos mercados en los que quieren centrarse en la actualidad, teniendo en cuenta que en los países hispanohablantes del continente americano existe “una necesidad de material de aprendizaje”. En caso de tener éxito, el equipo pone sus miras en Europa y Estados Unidos en pos de una misión: romper las barreras del braille.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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