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Movilidad compartida, la apuesta de las nuevas generaciones para el futuro

Verónica Gayá

La forma y las opciones a la hora de moverse dentro de las ciudades ha cambiado: ahora se comparte todo, desde el coche hasta la bici

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as grandes ciudades flirtean en los últimos años con los nuevos modelos de movilidad que han ido brotando por sus calles. Compartiendo bici, moto, coche eléctrico o incluso patinete. Madrid es uno de los epicentros. Prueba impaciente las nuevas opciones mientras vigila la revolución que cada vez más empresas están protagonizando hacia un futuro mejor: convertir las ciudades en lugares más amables, respirables y fluidas.

Desde que comenzara su andadura en diciembre del 2016, una de las flotas más conocidas en las calles de la capital, Emov, lleva recorridos más de 15 millones de kilómetros con sus coches eléctricos compartidos. “Prestamos un servicio de ‘car sharing free floating’ o lo que denominamos en español, vehículo compartido flexible (sin estación)”, nos cuenta su director general, Fernando Izquierdo. La empresa cuenta ya con 180.000 usuarios registrados.

A través de la aplicación se puede conocer dónde se encuentra el vehículo más cercano, reservarlo y abrirlo. Se puede dejar en cualquier punto dentro de su zona de servicio. Todos los coches son eléctricos y, por tanto, pueden aparcar y circular por la zona centro.

Según sus cálculos, han conseguido que los madrileños respiren 1.440 millones de toneladas de CO2 menos. La clave, dice Izquierdo, es que las ciudades “estén receptivas a los cambios y quieran probarlos”. Movilizar ciudadanos es más fácil que transformar la mentalidad. Hay que romper rutinas y entender que el modelo actual no es el único posible. Coches privados, taxis y transporte público no son suficientes con los millones de desplazamientos diarios que se hacen en una gran urbe a diario. El objetivo es que cada vez más gente deje su coche en casa y para eso hay que ofrecer opciones.

"Los coches privados están un 95% del tiempo parados. Compartir vehículo hace que la movilidad funcione"

La propuesta de compartir coche ahonda en dos de los problemas más importantes que tienen las ciudades en este momento: movilidad y sostenibilidad. “Ahora mismo hay una diversidad tremenda para los ciudadanos y yo creo que eso era lo que estaban demandando, alternativas para no tener vehículo propio o poder dejarlo en casa, teniendo sus necesidades cubiertas. Todos sabemos que los coches privados están un 95% del tiempo parados. Compartir un vehículo hace que la movilidad funcione sustancialmente”.

El 50% de los usuarios de Emov son ‘millennials’. Sus padres asociaron el coche propio como símbolo de libertad y hoy es para muchos una carga que les dificulta moverse libremente por su ciudad. Las nuevas generaciones parecen estar olvidando el sentido de posesión, también entendido como estatus social, y prefieren la movilidad entendida como un servicio. Valoran su tiempo, la tecnología y apuestan por un modelo más sostenible. A pesar de ello no son los únicos que han querido subirse al coche compartido. La edad media está en 36 años (el 70% hombres), “pero tenemos usuarios de 40, 50, 60... Y como anécdota, de más de 80 años. Usuarios que están encantados con el servicio y llevan a sus nietos al colegio con Emov”.

“En el futuro no es que no vaya a haber coches pero la movilidad será entendida como servicio”

A lo largo de los últimos años Madrid ha sido testigo de un cambio importante en cuanto a movilidad. Nuevas empresas han ido surgiendo y han ampliado las opciones que existían a la hora de trasladarse de un sitio a otro. Todo en muy poco tiempo. Y parece que este cambio no tiene fin. “Hay una pata más, que va a llegar aunque no sabemos si en cinco, diez o 15 años, que es el vehículo autónomo”, afirma Izquierdo. “Redundará en una mejora de los precios, de la sostenibilidad… Creo que allí es hacia donde vamos”.

El camino acaba de empezar. “Vamos hacia una ciudad diferente, muchísimo más sostenible, mucho más para los ciudadanos, donde se deje más protagonismo a las personas y menos a los vehículos privados. Esto no significa que no vaya a haber coches pero la movilidad será entendida como servicio”. Un coche particular no siempre cumple todas nuestras necesidades, así que en un futuro la idea de coche particular como centro de la movilidad se irá diluyendo.

“El transporte público colectivo tiene que seguir existiendo como eje fundamental para mover millones de personas cada día, especialmente para esos transportes diarios, rutinarios, como de casa al trabajo, pero a partir de ahí tiene que haber todo tipo de opciones para moverse”. Y sin olvidar al peatón: “Creo que la movilidad a pie es importante y en ciudades como Madrid tiene que seguir creciendo”, concluye Izquierdo.

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