El coche más icónico de la historia de la automoción en España cumple 40 años.
El Ford Fiesta, se ha convertido por derecho propio en un símbolo, y es que, ¿quién no conoce a alguien, de cualquier generación, que no se haya puesto al volante de este modelo? Además, nació en los ‘laboratorios’ Ford con un pan debajo del brazo en forma de fábrica de coches, dándole un fuerte impulso a la industria en nuestro país y, sobre todo, a la Comunidad Valenciana.
En sus cuarenta años de historia se han vendido más de 17 millones de unidades del Fiesta, cinco de las cuales se produjeron en Almussafes. La inauguración de la factoría de esta localidad valenciana en 1976 se convirtió en referente de la producción de automóviles en España y en una de los emblemas de la marca estadounidense en Europa. Con la producción del ‘Forfi’ arrancaba una nueva etapa para los conductores de todo el mundo.
En la década de los veinte, Ford eligió la provincia de Cádiz por su ubicación estratégica frente al mar, para montar una pequeña fábrica que años más tarde, se trasladaría a Barcelona. Sin embargo, la puesta en marcha de uno de sus grandes proyectos requería una inversión y una superficie como no había realizado nunca la marca del óvalo.
Pero, ¿por qué Almussafes? Su posición cercana a un puerto y a los altos hornos de Sagunto y la llanura del terreno (que abarataría costes en el levantamiento de la fábrica) hicieron que entre todas las localidades que se barajaban, la valenciana fuera la elegida.
El lazo que une a Almussafes con el Ford Fiesta es casi de sangre.
En el año 1972, en plena crisis económica por la subida del precio de los combustibles, la compañía necesitaba dar un golpe de timón a su política de ventas en Europa y ofrecer un coche más asequible y compacto. Los nuevos vehículos debían tener un gasto menor que cumpliera con las expectativas de la época. Sus competidores ya le estaban pisando el terreno en este mercado y era necesario renovar la flota.
El proyecto secreto de Henry Ford II de ideación y diseño del primer vehículo pequeño de la compañía se denominó ‘Bobcat’, pero una vez desarrollado este nuevo modelo había que encontrar un nombre para el coche acorde a su filosofía.
Se barajaron varios nombres y a pesar de que ‘Bravo’ fue el más aclamado, el propio Ford decidió cambiarlo por el de Fiesta para ‘españolizarlo’ y establecer una conexión con su lugar de fabricación.
Imagen del rodaje del primer anuncio de este modelo coche
Henry Ford visita la fábrica en 1982
Imagen del Escort en 1983
Tunel proveedor de la factoría en 1996
Este era el aspecto del Ford Fiesta de finales de la década de los 70
Celebración del 20 aniversario
Vista aérea de Almussafes en 1999
Fabricación del motor 500.000 en 1978
Ford acudía en 1974 a la localidad valenciana para poner la primera piedra en Almussafes que marcaría el comienzo de las obras y dos años más tarde, el 25 de octubre de 1976 se producía la ansiada inauguración. Las autoridades locales y toda la población de Almussafes, recibieron como un héroe al presidente de la compañía dejando escenas que bien podrían haber ilustrado la segunda parte de ‘Bienvenido Mr. Marshall’.
La primera piedra de la fábrica se colocó el 26 de marzo de 1974
Desde el arranque de la producción el 18 de octubre de 1976, Almussafes se ha ido adaptando y ha evolucionado en aspectos técnicos y de producción para dar el mejor servicio posible a las demandas.
Cuando abrió sus puertas el único modelo que se fabricaba en la factoría era el Ford Fiesta, sin embargo, en la actualidad ha sido capaz de integrar hasta seis modelos diferentes en su cadena de montaje.
El vehículo estrella de la marca, que ya acumula seis generaciones en el mercado y ha batido todos los récords en Almussafes permaneciendo 33 años en la cadena de fabricación, primero realizándose en exclusiva y conviviendo con otros emblemas como el Escort y el Focus más tarde.
Cuando Henry Ford II decidió lanzar un nuevo modelo de vehículo y situar su fabricación en España, no podía imaginarse la repercusión internacional y nacional que iba a tener esta factoría para la firma.
Una de las características más importantes desde su inauguración ha sido la flexibilidad y la adaptabilidad a las demandas del mercado. Su capacidad para incorporar nuevas tecnologías y adecuarse a los cambios la han convertido en uno de los emblemas de Ford en todo el mundo.
En sus 40 años de historia del complejo de Almussafes han salido 12 millones de vehículos. De ellos, más del 76% han sido destinados a la exportación a más de 140 países en los cinco continentes. Pero además de los vehículos, desde su apertura, la fábrica cuenta con una planta de Motores que ha producido más de 14 millones de unidades, de los que más del 70% han sido exportados.
El Ford Fiesta dejó de producirse en Almussafes en 2012 pero en la actualidad se alterna la producción de seis modelos diferentes de Ford.
El Transit y el Tourneo Connect, son exclusivas mundiales. Es decir, que si ves alguno de estos dos vehículos en las calles de cualquier ciudad del planeta puedes estar seguro que vienen de Valencia.
El Ford Mondeo, S-MAX y Galaxy se fabrican para Europa y el norte de África.
El Ford Kuga, se produce para europa y en exclusiva mundial con el volante a la derecha.
Construir un coche es un proceso complejo, por ello, la eficiencia en la producción y el cumplimiento de las peticiones del cliente para personalizar su automóvil son aspectos fundamentales que Almussafes cumple a rajatabla. La factoría cuenta con las últimas tecnologías en la producción de automóviles que componen un engranaje perfecto.
La factoría cuenta con las últimas tecnologías en la producción de automóviles que componen un engranaje perfecto.
La planta de motores se divide en dos partes. La primera es el montaje en donde se unen todas las piezas, tanto de fabricación propia como las que llegan terminadas hasta completar el motor. La segunda es la planta de mecanizado en la que se reciben las piezas principales del motor EcoBoost en bruto (bloque de cilindros, culata, cigüeñal y árbol de levas) y se mecanizan en las diferentes líneas.
La planta de prensas transforma grandes bobinas, de 10 a 20 toneladas de tamaños y espesores diferentes, en la carrocería de los vehículos. Esta planta funciona las 24 horas del día y tiene turnos especiales los fines de semana. Está unida internamente a la Planta de Carrocerías. El acero empleado está recubierto en la totalidad (con excepción del techo del vehículo) con cinc para la protección contra la corrosión.
En Almussafes existen tres naves dedicadas a la carrocería de los vehículos y cada uno de ellos se fabrica en 5 pasos diferentes. Primero se prepara el Piso de la carrocería y por otra, los laterales. Después se unen a una nueva línea y se añade el techo. En un área diferente se preparan las puertas, capó y portalón. La planta se comunica a través de un túnel de 410 m de longitud.
Antes de ser pintada, la carrocería desciende por un ascensor para pasar por un proceso de desengrasado a 60 grados. Después se rocía con una disolución de fosfato de zinc en el interior de un túnel para preparar la superficie a pintar y se prepara para mejorar la adherencia de la pintura y evitar la corrosión. Una vez ensambladas todas las piezas de chapa y conformada la carrocería, esta pasa al proceso de pintado.
Esta planta de montaje se divide en tres zonas: Líneas de trim, donde se montan las piezas y componentes del interior del vehículo; líneas de chásis, donde se montan las partes mecánicas y las líneas de final ok, en las que se comprueba el correcto funcionamiento del vehículo y sus sistemas y se revisa, entre otras cosas, la calidad del acabado de la pintura, los ajustes de las puertas etc...
En la línea final se realizan chequeos de esfuerzos de puertas, aberturas y simetría de las puertas, ajuste de portones traseros, cerraduras, computadoras que analizan el módulo electrónico que gestiona el funcionamiento del motor. Al final de esta línea se realiza el ECOS, que comprueba el correcto funcionamiento de los componentes eléctricos: intermitentes, marcha atrás o los mandos eléctricos que tiene un vehículo.