La disrupción está cambiando el funcionamiento del mundo. La sociedad y las organizaciones tienen hoy preferencias y exigencias distintas a las que imaginaban hace unos años. Los aviones no tripulados, las sinergias entre industrias o la robótica son algunas realidades que están alterando la demanda de los consumidores y suscitando muchos interrogantes de cara al futuro.
¿Incrementará la innovación los recursos del planeta?
¿Cuál será el papel del ser humano cuando las máquinas se conviertan en un trabajador más?
¿Qué necesitamos para crear un futuro inteligente?
¿Cómo afectará nuestro comportamiento individual al futuro colectivo?
¿Cambiará el rol de los consumidores?
¿Es factible predecir cómo serán las ciudades a largo plazo?
El profesor de Harvard Clayton Christensen sentó cátedra cuando, en 1995, acuñó y difundió el término ‘innovación disruptiva’ para referirse a la transformación que estaban experimentando los modelos de negocio y el panorama tecnológico. En muy poco tiempo la expresión ‘disrupción’ se ha visto ligada a otros ámbitos, pero siempre de la mano de la innovación.
El informe 'The upside of disruption', publicado en el Centro de Estudios de EY, anuncia que las menciones en los medios de comunicación del término ‘innovación disruptiva’ aumentaron entre los años 2010 y 2015 un 440%. Sin embargo, pese a la repercusión, no todos los sectores y compañías han conseguido dar ese paso adaptando su modelo de negocio a los nuevos tiempos.
"Los sectores donde la tecnología es el 'driver' principal han tenido que hacer cambios radicales: el de las Tecnologías de la Información, el de las Telecomunicaciones y el de los Medios de Comunicación y Entretenimiento, principalmente"
Luis Buzzi, Socio Responsable de Consultoría de Negocio e IT en EY.
La disrupción irrumpe en nuestros días y en nuestros hogares. Netflix es un claro ejemplo de éxito de transformación de modelo de negocio. La compañía llegó al mercado con el gigante Blockbuster como competidor principal, una institución en el mundo del alquiler de videojuegos y películas que se vio desbancada cuando Netflix centró su modelo de negocio en internet. Hoy es líder indiscutible y Blockbuster, un recuerdo ‘vintage’ del que los ‘millennial’ ni han escuchado hablar.
En las últimas dos décadas el término ‘disrupción’ ha alcanzado mayor trascendencia. Ya no solo se ciñe a los modelos de negocio y a la tecnología, hablar de disrupción hoy en día supone hacer un análisis más profundo de las causas que la ocasionan. El informe de EY enumera tres principales, que la consultora bautiza como fuerzas primarias: la tecnología, la globalización y los cambios demográficos.
Las tendencias que dan forma al futuro
La continua evolución de las fuerzas primarias explicadas anteriormente y la interacción entre ellas generan distintas tendencias disruptivas a tener en cuenta por las empresas. De este modo, las compañías entenderán el mundo en continuo movimiento en el que operan y se podrán adaptar a él.
Las industrias se reinventan
Ver másEl empoderamiento del consumidor
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En un mundo convergente, las empresas deben buscar horizontes fuera de las fronteras de su industria tradicional. La creación de modelos de negocio disruptivos que aúnan sectores que hasta entonces no han tenido ese tipo de relación es una gran oportunidad de crecimiento.
Los consumidores son los primeros beneficiados de esta tendencia, si empresas de distintas industrias suman esfuerzos e inteligencia, las soluciones y la oferta serán más enriquecedoras.
Cuatro ‘telecos’ han recibido licencia del Banco Central de India para poner en marcha pagos bancarios en los próximos 18 meses.
El empoderamiento del consumidor
Los clientes de hoy son más poderosos que nunca. Pero también las empresas conocen al consumidor como jamás lo habían hecho. Entender el comportamiento de los futuros compradores supondrá para las compañías eficiencia y anticipación. Si además se consigue involucrar a los consumidores en la co-creación de los productos, se logrará transformar a un simple cliente en un ‘embajador’ de la marca, un stakeholder más.
Empresas como Levi’s y Mercedes-Benz crean y distribuyen contenidos a través de ‘influencers’, personas de referencia en las redes sociales.
El futuro de lo inteligente
Estamos en la cúspide de una revolución inteligente que podría cambiar por completo el funcionamiento del mundo. Lo ‘smart’, lo inteligente, está en todos los lugares: la ‘smart’ oficina, las ‘smart’ ciudades, la ‘smart’ energía… Puede parecer ciencia ficción, pero se estima que dentro de una década lo ‘smart’ podría resolver problemas que los seres humanos tienen dificultades para conceptualizar.
Esta tendencia va más allá de la implementación tecnológica y el cambio organizacional. Una estrategia inteligente requiere educar a los clientes acerca de qué hacer con los datos y qué acciones emprender.
Si en Estados Unidos se utilizasen vehículos autónomos, los conductores tendrían 50 billones de horas libres cada año.
Un mundo cada vez más urbano
Al ritmo actual, en 2050 dos tercios del mundo serán urbanos y tan solo uno, rural. Este incremento se dará principalmente en Asia y África. En unas décadas, las ciudades pueden llegar a ser más poderosas que los propios países, ya que sus gobiernos locales entienden mejor las necesidades específicas de los ciudadanos y gracias a la innovación responden ante ellas.
La ciudad colombiana de Medellín ha sido reconocida por construir góndolas y escaleras eléctricas para integrar en la ciudad a las comunidades periféricas que tienen difícil el acceso.
El futuro del trabajo
La disrupción tecnológica impulsará el desplazamiento de millones de puestos de trabajos. Para apreciar la magnitud de esta tendencia hay que conocer detalles como que la conducción es la principal ocupación de los hombres de Estados Unidos hoy en día. ¿Qué pasará si se estandarizan los vehículos sin conductor?
El Foro Económico Mundial estima que debido a los cambios tecnológicos, socioeconómicos y demográficos se desplazarán más de 5 millones de puestos de trabajo antes de 2020.
Un planeta lleno de recursos
La convergencia entre energía, baterías, tecnología inteligente y transporte está impulsando la creación de soluciones innovadoras, integradas y conectadas que potencian la cuarta revolución industrial, en la que los recursos naturales son los protagonistas.
La población mundial consumió en 2015 los recursos que generan 1’6 planetas.
La revolución del comportamiento
Algunos de los retos más grandes y difíciles que tiene la sociedad por delante emanan de comportamientos humanos, como la mala alimentación o el poco uso que le damos a las energías sostenibles. Es necesario hacer frente a estos problemas (cambio climático, enfermedades crónicas…) desde los gobiernos y las empresas, siempre apostando por los beneficios a largo plazo y con la tecnología como cómplice.
La urgencia por resolver estos retos -debido a factores como la demografía, la globalización y la actual revolución digital- está llevando a un primer plano las teorías de la economía conductual, su influencia se observa cada vez en más sectores.
El coste global acumulado del cambio climático llegará a 44 trillones de dólares en 2060.
La salud digital
La reinvención del cuidado de la salud está siendo fomentada por la búsqueda de la sostenibilidad económica y la alteración digital. El gasto sanitario se disparará con los cambios demográficos y lo digital hará de la salud un sector más rentable.
“Si imaginamos la sanidad del futuro, veremos un sistema Social y de Salud plenamente integrado, un paciente mucho más activo en la gestión de su enfermedad, la implantación de sistemas de medicina predictiva, un tremendo avance en la investigación clínica basada en el ‘big data’ y unos sistemas de soporte a la decisión clínica que ayudarán al médico a encontrar la solución más eficaz, eficiente y de mayor calidad para cada situación”, asegura Baltasar Lobato, Socio Responsable del sector de Health & Life Sciences de EY.
En 2015 existían 165.000 aplicaciones móviles de salud para iOS y Android, el doble que dos años antes.